Leales en los pasillos
el, que espera lentamente ser atrapado por la carnada,
ella es premiada por tragarse enteros los puentes rabiosos
sobre un mar planchado
el, que espera ser llamado con el ojo rebotando en la cuna de un busto
que nos madrugada el temblor en el rio
que ahoga nuestro doblo borroso,
ella, con la mirada hecha ceniza
que se hunde en el jabon de baño privado
entra con el hocico listo, para un baño colmado de paredes preñadas
el, que camina rengo la escalera lame los bustos lustrados por ella,
ella que espera lentamente ser atrapado por la carnada, creeria en un dios de cordon desatado de vereda
y el que huye de un puente sostenido por pozos,
sacara el brillo a la risa huesuda
ella, que con un abrazo lacteo, tiene pista libre para espiar en la grieta
es agremiada por el busto enrejado en la cuna
el, es el que lentamente
se enquista en la espera, aunque ansioso alimenta a la jauria
con el mastil que es un faro para palomas, en estado de coma.
