Wednesday, April 02, 2008

Caminan seguros y convencidos de su permanencia. El aglutinante deseo de conservación, es el mito que los sobrevive.
Tengo que limpiarles sus áreas mas púdicas, mimarles el delantal, contagiarme sus virus, bacterias. Comer y ser gelatina con ellos. Acariciarme el ombligo y sentirme arrugado, limpio.
La vialidad aceptada, el pulóver tuerto del espectro amarillo, la parafernalia de las corbatas, los anteojos puntiagudos, la rueda que baja por escalera.